También hay que sumarle la
apatía, la falta de compromiso y el poco sentido de pertenencia de algunos
funcionarios que, por desgracia, se ve
reflejada en la mala calidad de los servicios y, por ende, en el mal desempeño
económico del hospital.
Otra situación delicada que se ha
venido ventilando son las constantes quejas de los usuarios. Así como a nivel
nacional se han venido denunciando fallecimientos de pacientes por negligencia,
como el conocidísimo “paseo de la muerte”, en Honda algunos decesos han sido
vistos con malos ojos. Aunque es molesto que la gente entre a dudar y a opinar
lo grave es que en caso de demandas, y si se llegara a comprobar la negligencia,
podría ocasionarle serios perjuicios financieros a la entidad hospitalaria.
Este círculo vicioso que torpedea
la buena marcha del Hospital debe romperse con estrategias claras como nombrar
en propiedad al gerente. ¿Con qué fin? para que en principio actúe con firmeza
ante quienes no pagan a tiempo las deudas.
Pero un gerente en propiedad no
tendría sentido si no asume tareas urgentes como la de reestructurar la planta
de personal, pues, como dice el adagio popular, ni son todos los que están ni están todos los
que son. Existen casos concretos de personas que habiendo sido liquidadas e
indemnizadas han sido de nuevo enganchadas por la vía de prestación de
servicios. A ello le agregamos que varios funcionarios a diario deambulan por los pasillos en
actividades ajenas al hospital, o por fuera de él en horas laborales,
descuidando sus funciones pertinentes. Amén del chismorreo poco fino, barato y
mal documentado. Esta situación debería ser investigada por las
llamadas ías (fiscalías, contralorías, veedurías, etc.)
El otro rumor que corre por las
calles de Honda es que en el hospital existe un matriarcado familiar que hace y
deshace con su poder dentro de la institución. Aunque somos partidarios de la
participación de género en los entes públicos, lo maluco de un poder en la
obscuridad es que éste termina agenciando el despotismo, el compadrazgo y el
clientelismo, desvirtuando así la misión y la visión de la institución.
Estos grupúsculos con poder
oscuros no son sanos en ninguna sociedad puesto que terminan frenando el
desarrollo de las instituciones. Se ha sabido, en el caso del hospital de Honda, que las mismas
personas que han querido imponer al gerente del Hospital han llegado también a
tratar de torpedear algunas labores. Un ejemplo de lo dañino que son estos
poderes ocultos fue lo que sucedió en el año 2011 cuando se dio la evaluación
de servicios para su certificación. Pues, de un momento a otro, y de manera
extraña, un valioso equipo de
cardiología que se encontraba en optimas condiciones apareció inhabilitado al
parecer por acción de manos “criminales” que previamente habían depositado agua
en él dejándolo prácticamente fuera de servicio.
Otro ejemplo de desidia es el mamógrafo
que llegó al hospital hace más de 5 años
y que no ha funcionado debidamente. La gente se pregunta, y con razón, sí es
que hay manos oscuras torpedeando su funcionamiento. Pues la falta de
operatividad ha obligado a los potenciales usuarios del norte del Tolima a desplazarse
hacia Ibagué, La Dorada, Medellín, Manizales o Bogotá gastando de sus propios
bolsillos astronómicas sumas de dinero.
¿De igual manera qué sucede con
la planta eléctrica que se adquirió hace más de dos años y aun no se ha puesto
en funcionamiento?
Lo otro que tendría que hacer el
gerente en propiedad es asumir el conocimiento de los casos de demandas e
investigaciones en las cuales el Hospital ha estado atrapado hace rato. Algunas
demandas han fallado en contra y se habla de que los casos se han perdido
porque el Hospital no ha tenido asistencia jurídica idónea y oportuna. Pero la
pregunta que surge es por qué no se han
replicado esos fallos judiciales contra los funcionarios que por sus actitudes
la institución se ha visto perjudicada. Esto no es un invento nuestro, pues así
lo establece la ley. Preguntamos: ¿Dónde está el Comité de Conciliación que es
el primero en conocer de estos casos? ¿Dónde está la Junta Directiva para que
pida los informes respectivos?
Bueno también preguntar qué ha
pasado con las denuncias instauradas por los presuntos delitos de peculado y
prevaricato, ya sea por acción u omisión, contra funcionarios de la institución
que han estado, o estuvieron, involucrados en la modalidad de robos
continuados, desfalcos e incumplimientos de funciones inherentes a la
atención médica y administrativa.
Ante este panorama poco halagador
es perentorio que el nuevo gerente en propiedad se apersone de todas estas
anomalías. Hacemos un llamado a los directivos empezando por el señor
gobernador y su Secretario Departamental de Salud para que retomen las riendas y mejoren la
situación del Hospital. Que quede claro que la población del norte del Tolima
debe tener, como es el caso del San Juan de Dios de Honda que es una entidad de Segundo Nivel,
un hospital digno que preste servicios no solo al norte del Tolima, sino
también al Oriente de Caldas y Sur-occidente de Cundinamarca.
No obstante, no todo es malo en
el centro asistencial. Es bueno señalar que así como hay funcionarios pésimos,
también existen algunos pocos funcionarios administrativos y científicos comprometidos con la institución.
Aunque un hospital bien manejado
puede dar réditos suficientes para su funcionamiento es necesario, ante que
todo, reordenar la casa en todos sus aspectos. Sería genial pensar en la reestructuración de
los diferentes comités y en una Junta Directiva del Hospital que esté
conformada por miembros idóneos despojados de intereses politiqueros, mezquinos y personalizados. Que no suceda como
en el pasado, que algunos sujetos haciéndose nombrar como directivos llegaban
con el único fin de presionar al gerente de turno para ubicar dentro de la
entidad a sus familiares y amigos. E,
incluso, llegando al descaro de manipular la
votación para elegir miembros de sus simpatías con el fin de que
acolitaran sus intereses personales.
A lo anterior es necesario
sumarle la torpeza de algún alcalde de
turno cuando de dar órdenes se trata. Es el caso particular del exalcalde Arce
Camacho quien en una de sus alcaldadas
politiqueras determinó que más de 8 mil afiliados del régimen subsidiado fueran inscritos en la
nefasta E.P.S. Caprecom.
Necesario advertir que estas mal
llamadas “empresas promotoras de salud” son el origen de todas las desgracias
que les suceden a los colombianos en materia de salud. Entidades estas que
recibiendo la plata de los usuarios de antemano tiene la desfachatez de no
pagarle a las entidades los servicios que le prestan. El hospital de Honda no
escapa a estas maniobras de la muerte porque por culpa de estas E. P. S. es que
los hospitales languidecen.
Es bueno hacerle saber al norte
del Tolima y a Colombia entera que la E. P. S Caprecom le adeuda al San Juan de
Dios de Honda más de mil millones de pesos. Situación esta que ha impedido
pagarles a los empleados salarios hasta de tres meses vencidos, además de las
sumas adeudadas a proveedores y contratistas.
Ante esta situación tan aberrante
de la E. P. S. Caprecom es urgente que el actual alcalde Montero tome la
decisión de democratizar la afiliación del Régimen Subsidiado. Que haga un
ejercicio buscando qué E. P. S debidamente
certificadas son las más cumplidas en el pago de las obligaciones. Lo anterior
con el fin de abrir de nuevo la oferta y distribuir en otras E.P.S a los
usuarios que actualmente están en la E.P.S. Caprecom.