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viernes, agosto 28, 2015

Nicolás Tanco Armero y el "El equipaje amarillo" de la escritora cubana Marta Rojas

Armando Moreno Sandoval

De nuevo, la novela "El equipaje Amarillo" de la escritora cubana Marta Rojas, ha sido publicada en mandarín. Es su cuarta edición. La novela gira alrededor de Nicolás Tanco Armero. Un colombiano con raíces tolimenses hondanas, quien, a sus 21 años viaja a Cuba después de pagar tres meses de condena en una cárcel bogotana. Por supuesto, que son los tiempos del Nuevo Reino de Granada.

Tras una estadía de tres años en la isla —desde el 6 de enero de 1852 hasta el 25 de febrero de 1855— Tanco Armero sale para Europa para luego embarcarse a la China. Viaja como agente comercial con el único propósito de importar chinos como esclavos y, así, suplir la recién liberada mano de obra esclava africana en las plantaciones de azúcar y café.

Si los chinos acaban de hacer otra edición, pienso que, Marta Rojas, se ha ganado un sitial en la Ciudad Prohibida junto a su primo y hondano Félix Manuel Tanco y Bosmeniel, Zheng He, Brunilda, el sabio señor Lu, María Cristina Luango, Rosa Laguna, Fan Ni y Carlos Ascona, personajes estos que recorren casi las 300 páginas de su novela.

Orquestar voces con sus respectivas mentalidades es lo que hace que Marta Rojas, a mi entender, atrape al lector desde el comienzo. Pues dichas mentalidades no solo están atrapadas en su propio tiempo histórico sino, que, también lo están en su propio tiempo antropológico.

Estos dos tiempos es lo que hace que la novela sea a la vez un palimpsesto y caleidoscopio de culturas que dialogan desde su propia mentalidad o a lo largo de sus singulares tiempos históricos. Es el retrato que hace magistralmente de Nicolás Tanco, pues, a través de él, apreciamos una mentalidad que en algunas pasajes de su vida se vuelve comprensivo, huraño e impositivo hacia el otro. Aunque el personaje cobra relevancia a lo largo de la novela por su posición y oficio dentro de la sociedad de la época, una voz subalterna, como la de su sirviente chino Fan Ni, emerge con fuerza generando un equilibro intercultural.

Es más, lo que se percibe también es un dialogo intercultural representado a través de estos dos personajes.


El Equipaje Amarillo en mandarín
Dialogo y equilibro intercultural que es complementado, aunque con poca fuerza, con otras expresiones culturales como las que recrean el mito del Moján, el hechizo, los tambores y las flautas. Que en otras palabras no es más que la expresión y el aporte de las culturas caribeñas y africanas al palimpsesto y caleidoscopio que señale pero que, al final de cuentas, son estas culturas las que terminan tomando relevancia.

Si el lector es acucioso, no es la cultura de Nicolás Tanco la que se impone (blanca, educada, de comportamientos refinados, de buenas maneras en la mesa y en el vestir, etc.), pues, su cultura prácticamente termina en el exilio y en una pequeña nota de periódico que, por cosas del azar, es rescatado del olvido. Sin lugar a dudas son las culturas subalternas (sobre todo la africana negra, y en menor proporción la china) las que terminan imponiéndose.

Pienso que esa voz en tercera persona que recorre toda la novela organizando las vidas y los diálogos de los personajes, al hacer mención del testimonio de Carlos Ascona, el hijo de Fan Ni con Rosa Laguna, nos dice que ese encuentro intercultural es la síntesis antropológica de lo que construyó la sociedad cubana desde mediados del siglo XIX hasta lo que va del siglo XXI. Pues lo que expresan esos personajes más que un choque es un dialogo de culturas que, por supuesto, terminó pariendo novísimos tiempos históricos y antropológicos.


Y todo por un colombiano que prefirió empacar maletas y huir de una sociedad que lo tenía harto y fastidiado.

Orígenes de la Constitución de Mariquita de 1815

Armando Moreno Sandoval


Las efemérides de la Constitución de la Provincia de Mariquita de 1815 han generado simpatías y polémicas. Algunos se han preguntado si vale hacer tanta alharaca por algo que pasó hace 200 años. Por mi parte, me quiero sumar a la polémica, pues, al fin al cabo, lo hermoso de vivir esta vida es pensar diferente sin caer en la bellaquería de callar al otro con la bala, la diatriba y el odio.

Celebrar efemérides con caminatas, discursos, placas, ofrendas florales y lechona es sano y no tiene nada de malo. La cuestión es preguntarnos si nos dice algo; si tiene algún significado.

El significado, palabreja que ha tomado desde el último cuarto del siglo XX demasiada importancia en las Ciencias Humanas con el surgimiento de la filosofía postmoderna, ha hecho de la Historia una narrativa con múltiples interpretaciones. Esto nos lleva por una camino bastante lleno de espinas y trampas, y es el de preguntarnos si el pasado que queremos representar es el más indicado.

Filósofos como Gianni Vattimo creen que es imposible dar cuenta del pasado, pues, el pasado es una construcción que se hace desde el presente. Si la Historia es como nos lo dice Vattimo, el mensaje que nos está dando es que el pasado como algo acabado no existe. Por tanto, lo que se tiene que hacer es crear nuevas Historias.

Las efemérides de la Constitución de la Provincia de Mariquita como la están celebrando están dejando, a mi parecer, un vacío demasiado grande, pues, está huérfana de significado.

Un ejercicio para comprender la Constitución de 1815 es acercarnos al pensamiento de quienes la motivaron y por qué José León Armero es referenciado como el individuo que lideró la rebelión contra el centralismo gobernante de la época.

Los orígenes de la Constitución de 1815 datan desde el año de 1812 cuando el cabildo de Ibagué les propone a los demás cabildos de la Provincia de Mariquita la independencia absoluta del Gobierno de Cundinamarca. La idea fue aplaudida, pero el juego del poder y la diplomacia de la época hicieron fracasar la intentona separatista.

Dos años después, los cabildos de Espinal y de Ibagué, retomarían de nuevo la propuesta de Independencia. Esta vez se la plantean a Armero quien aprovechándose de las desavenencias entre el Gobernador de Cundinamarca (le decían Dictador) y el Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, propone convocar unas elecciones para formar una Convención Electoral de la Provincia de Mariquita, con el fin único de decidir si seguían anexados a Cundinamarca o formar un Estado Independiente.

La Convención, con todos los cabildos de la Provincia de Mariquita, se llevó a cabo un 20 de diciembre de 1814 en Honda. Dos días después la Convención declaraba que la Provincia de Mariquita era independiente de España, de Cundinamarca o de cualquier otro gobierno que no fuera elegido y legitimado por los pueblos. Ese mismo día, José León Armero, era nombrado como gobernador interino del recién creado Estado Independiente.

En el bando, que ese mismo día fue leído y publicado, se lee explícitamente: “declarar el día veinte y dos del corriente, que la Provincia de Mariquita en adelante era un Estado libre e Independiente de la República de Cundinamarca, y como tal no reconocía sobre la tierra otra autoridad que la del Pueblo legal representado”.

El bando y el entrecomillado citado desgraciadamente han pasado desapercibidos en las efemérides a la Constitución de 1815. El bando del 22 de diciembre de 1814, y lo que dice, es mucho más significativo que la firma del 21 de junio de 1815 de todos los Diputados y el acto de promulgación del 4 de agosto del mismo año. Pues ese acto es el que da origen a posteriori a la Constitución de 1815.

Lo que interesa del acto del 22 de diciembre de 1814 es que ese hecho de rebelión contra la autoridad hegemónica sigue gravitando en los pueblos 200 años después. El referéndum en el municipio de Piedras (Tolima) contra la empresa minera Anglogold Ashanti, o, en el 2004 cuando varios municipios del Norte del Tolima pedían un referendo para anexarse a Caldas por el abandono que los tenía sometido el gobierno central del Departamento del Tolima, son ejemplos de cómo las voces subalternas cuando deciden construir nuevas alternativas de representación no hay quien las detenga.

Las voces y las ideas de quienes hicieron posible la independencia de la Provincia de Mariquita han sido invisibilizadas. José León Armero y los cabildantes de la época subvirtieron el poder hegemónico de la época. Algunos de ellos, empezando por el mismo Armero, que en marzo de 1815 hizo fusilar pública y solemnemente el retrato del rey Fernando VII, pagarían con la vida su acto de rebelión.

Aunque alguna voz hegemónica podría pensar que rebelarse no vale la pena, lo cierto, es que estos hechos hicieron posible la República de Colombia.

Un amigo al enterarse por mi boca cómo fueron los orígenes de la Constitución de 1815 me preguntó: ¿entonces, qué es lo que han estado celebrando?