Un conflicto entre Espumas e Indignados ha llevado a un vasto sector de la población ser victima de abusos de parte y parte.
En el mes de diciembre del año 2011 leí una entrevista entre el periodista Francisco Bejarano, director de una revista lujosa que se distribuye en Mariquita, y Edgar Castro Alarcón, gerente de la Empresa Espuma.
La entrevista interesa porque deja entrever asuntos que desconocen los habitantes de Mariquita. Como por ejemplo, de que ya casi no existen deudores de agua porque la mayoría de ellos se acercaron a la empresa a negociar la deuda. El gerente señala que a él no le interesan los pleitos jurídicos con los deudores, sino que ellos entren en razón, dialoguen, pongan sobre la mesa sus problemas y traten de llegar a un acuerdo.
Otra de las invitaciones, y que es una norma que se ha impuesto en todas partes del mundo, es al uso del micromedidor. No se entiende cómo a estas alturas del siglo XXI existan individuos que se nieguen al uso del micromedidor cuando su uso conllevaría a un racionamiento más adecuado del liquido.
Sobre este asunto los mariquiteños deben entender que no existe justificación alguna que el agua que debe ser para beber, hacer de comer y bañarnos sea usada por algunos para lavar carros, animales y las aceras de las casas. E incluso que algunos de ellos que hacen un uso irracional del agua se opongan al micromedidor solo por el hecho de llevar la contraria.
Pero lo que más causa indignación es que existan individuos que están engañando a la gente con el argumento de que le pueden resolver la deuda del agua. Dice el gerente que son entre cuatro y cinco “personas que llevan 11 años viviendo de Espuma”. Pues son individuos que se la pasan pidiéndole a la gente entre cinco y treinta mil pesos, y con el cuento de salvarlos de la deuda se ponen “un sueldo mínimo de 1 millón de pesos mensuales”.
Dice el gerente Castro que, con el otro cuento de que Espuma es ilegal, han hecho de la pedidera de plata una “forma de vivir”. Incluso, se atreve a vaticinarles un futuro negro. Pues si se llegara acabar el problema de Espuma no tendrían de qué vivir.
Otro punto que trató el gerente de Espuma, y que a mi entender es muy delicado, es el referente a un tanque que se construyó hace más de un año. Dicen los que saben que si ese tanque se hubiese puesto en funcionamiento el servicio de agua se hubiese mejorado en un 70%. Pero la pregunta que se tiene que hacer el mariquiteño del montón es: ¿por qué no está en funcionamiento?
El señor gerente acusa que el directo responsable de no dejar poner en funcionamiento el tanque es de unos individuos que se han interpuesto a la entrega. Alegan que si se pone en funcionamiento el tanque es para favorecer a Espuma y al gerente.
Sobre el asunto del tanque que costó más de 1.400 millones de pesos, el alcalde Álvaro Bohórquez en días pasados recibió a un grupo donde le pedían que por ningún motivo fuera a poner en funcionamiento el tanque.
Por fortuna, el alcalde fue tajante y les hizo saber que una cosa es el pleito jurídico que algunos tienen con Espuma y, otra cosa es que él, como alcalde, lo que tiene que hacer es velar porque Espuma preste un buen servicio. Esta posición del alcalde, merece un aplauso.
Pero la dicha de que el alcalde Bohórquez quiera poner en funcionamiento el tanque puede ser pasajera. Lo feo es que esos 1.400 millones de pesos que están votados, necesita, según palabras del gerente de Espuma y del mismo alcalde Bohórquez que me lo dijo, otra cantidad de millones de pesos para arreglarlo.
Otra noticia, y está sí que ha pasado desapercibida y que los mariquiteños deben saber, es que la empresa Espuma mandó hacer un estudio maestro sobre el acueducto y el alcantarillado que como se sabe ya colapsaron. El estudio costó 600 millones de pesos. Ahora falta conseguir el dinero para ejecutar el plan maestro.
Ante tanto problema que se ha presentado con la Empresa Espuma, sería bueno que los propietarios de los inmuebles se vuelvan socios de la empresa adquiriendo acciones. No es bueno que, si es como dice la gente, que la empresa obtiene multimillonarias ganancias, estas vayan a parar al bolsillo de unos pocos. Colombia es uno de los países más inequitativos y de mayor pobreza en América Latina. Es hora de que las ganancias de las empresas se socialicen y no, como hacen los bancos, que socializan las pérdidas.
Otro asunto que debe tener en cuenta Espuma es lo referente al consumo del agua. Personalmente he sido en varias ocasiones victima de Espuma por el bajo consumo de agua. Le sugirió el gerente Castro que en vez de ver al que tenga bajos promedios de metros cúbicos de agua como sospechoso de fraude le dé un premio. Así como la empresa trata de incentivar el uso del micromedidor, una campaña para que la gente se anime a racionalizar el agua no caería mal.
El premio a la racionalización del agua no debe ser una palmadita en el hombro, debe ser un premio material donde la gente se sienta satisfecha por haber hecho un buen uso del consumo del agua.
Al gerente Castro también hay que criticarle del por qué de la ausencia de los vocales de control en la empresa Espuma. Pues nadie sabe para qué sirve y cuál es su importancia. La pregunta es: ¿cómo se eligen?
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