Hace poco un estudio señalaba que entre las instituciones más desprestigiadas y de poca credibilidad entre los colombianos era el Congreso de la República. Solo basta encender la televisión y ubicar las sesiones del congreso para darnos la idea fehaciente de que estos señores, que viven de gorra con los impuestos de todos los colombianos, no cumplen con su trabajo. Pues lo que se ve en el recinto del Congreso en vez de cabezas son sillas vacías.
Da la sensación que lo único que les interesa es devengar un salario sin trabajar. Pero si lo que caracteriza al Congreso es su ausentismo, hace poco un parlamentario, sin ninguna desfachatez, propuso que para que el ausentismo no se viera tan mal, lo más recomendable era que, seis meses antes de las elecciones, el Congreso por ese lapso de tiempo no volviera a sesionar.
En medio de las críticas que arrecian contra el Congreso por su ausentismo y por su ineficaz capacidad propositiva para resolver los problemas profundos de Colombia, y que ha generado ya polémica entre los diversos sectores de la población colombiana, es la iniciativa que modifica la ley 4 de 1992. Los parlamentarios en las últimas semanas resolvieron modificar un artículo de la ley 4 que incrementa de un golpe las pensiones en cinco millones y medio de pesos mensuales.
Pero lo más chocante de toda esta sinvergüencería parlamentaria es que la iniciativa ya cursó los dos debates y sí no hay presión de ninguna índole es muy posible que estos señores terminen modificando la ley para su propio beneficio. Pero lo que indigna y que la gente del común se pregunta cómo es posible que un congresista con 11 de millones de pesos mensuales no pueda vivir. Y lo que también enfurece a la gente es que estos señores cuando se trata de reajustar el salario a la masa trabajadora siempre terminan oponiéndose al incremento salarial con el cuento de que genera inflación y desempleo.
Este nefasto proyecto fue presentado por los senadores Eduardo Enrique Maya (Partido Conservador) y Aurelio Iragorri Hormaza y Carlos Ferro Solanilla, éstos últimos integrantes del Partido de la U. Los argumentos de estos señores, sin escrúpulos para asaltar el erario de los contribuyentes, es el de que se les «ha violentado el derecho fundamental a la igualdad de los congresistas pensionados antes de la entrada en vigencia de la ley 4 de 1992». Pues según los ponentes, la ley 4 no diferencia, distingue o discrimina entre senadores y representantes a la cámara con otros empleados públicos que ya se les hizo el reajuste. Desgraciadamente estos señores, al reclamar la igualdad aludida, se olvidan de que son unos privilegiados de la sociedad y que se les paga por un trabajo que muy poco hacen.
Sin embargo, por ese trabajo tan poco productivo que hacen, en el desprendible de pago, aparece como sueldo básico, $ 5.086.646, a los cuales se le suman los gastos de representación por $ 9.046.485. Como si fuera poco, el congresista cada 30 días cobra una prima de vivienda por un valor de $ 5.496.999 y una prima de salud por $ 1.413.508. Todo equivalente a $ 21.045.638 mensuales. De este monto al congresista le hacen 3 descuentos. Al que va al fondo de previsión por $ 1.341.659, al de salud por $ 496.900 y al fondo de solidaridad por $ 420.913. Otro descuento por retención en la fuente equivalente a $ 1.901.700. Es decir mensualmente le descuestan $ 4.161.172 del salario global. En conclusión el congresista colombiano se gana mensualmente la bicoca de $ 16.884.166.
Pero como son unos privilegiados, terminaron burlando la ley que dice no debe incrementar el salario por encima de la inflación. Estos señores conociendo que la inflación anda por el suelo, sin pudor alguno, redactaron el Decreto 1232 del 13 de abril del 2009 que establece que a partir del 1 de enero de cada año el salario del congresista se debe incrementar en un 7.67%. El colombiano debe saber que tanto el senador como el representante a la cámara gana igual salario. Pero la cuestión es esta: ¿alguien se ha preguntado cuánto le cuesta el salario de los congresistas a los contribuyentes?
Pero no seamos tan drásticos. A veces cuando les da por trabajar lo único que proponen son payasadas como la de descontar un día de salario al congresista que no asista a las plenarias. Se sabe que es una tontada que no tiene ningún sentido, puesto que lo que hace el congresista es contestar a lista y marcharse del recinto. Los que saben de estas marullas dicen que así es muy difícil que se ponga en marcha la respectiva propuesta.
De todos modos, como dando a entender de que tienen dignidad, la propuesta de quitarle un día de salario arrancó desde el pasado 20 de octubre. Se sabe que no va a funcionar. No obstante, para que la gente del montón tenga una idea, lo que le van a quitar es la suma de $ 562.000. Es decir, que lo que le van a quitar a este señor en un día, es lo que casi se gana un trabajador con salario mínimo en un mes.
Finalmente, si este “mico” pasa, el congresista que se pensione habrá de recibir la suma de $ 16.5 millones de pesos mensuales y no los $ 11 millones a los que por ley ha tenido derecho. Valga señalar que el afán por este “mico” es el de que existe una norma que señala que, a partir del 2010, ningún pensionado podrá recibir mesadas del erario público por encima de los 25 salarios mínimos.
martes, diciembre 01, 2009
La pensión del Congresista: vuelve y juega
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Opinión
(Mariquita, 1959). Profesor durante seis lustros en la Universidad del Tolima. En la Universidad Nacional de Colombia estudió Antropología. En la Universidad del Valle, Magister en Historia Andina y Doctor en Antropología Social y Cultural. Universidad Autónoma de Barcelona. (España).
Alejado de las aulas sigo investigando, y en mi blog escribiendo y publicando sobre diversos temas.
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1 comentario:
Buenos días. Al fín este proyecto pasó? Fué sancionado? Aunque supongo que fácilmente puede estar en trámite todavía...que bueno frenar eso.
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