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jueves, abril 07, 2005

Mariquita, el paraíso en el norte del Tolima

El Tiempo, abril 6 de 2005

A hora y media de Ibagué, podrá disfrutar de un completo destino turístico.Las cataratas de Medina y la laguna del Silencio, dos atractivos.

Dicen que Mariquita es el edén del norte. Y no solo por sus prósperos y variados frutales sino por sus paisajes de ensueño, por sus ríos y escenarios turísticos que lo convierten en un paraíso a hora y media de la capital tolimense.

Así que si aún no ha encontrado el destino ideal para compartir en familia sus días de descanso, San Sebastián de Mariquita es el lugar indicado. Cuenta con una variada oferta turística que va desde el recorrido por sus calles coloniales, hasta sus balnearios y complejos turísticos.

Por la seguridad no se preocupe. Mariquita cuenta con vías de acceso custodiadas y con la Escuela de Antinarcóticos de la Policía. Además, el Batallón Patriotas, en Honda, también garantiza la tranquilidad de la región.

Y si es por hoteles, tampoco hay de qué preocuparse. Cabañas familiares, hoteles, complejos turísticos y zonas de cámping están en el abanico de posibilidades para todos los gustos y bolsillos.

El paseo empieza en el Santuario del milagroso Señor de la Ermita. Dicen que la imagen del santo, traída desde España con destino a la ciudad de Pasto (Nariño), no se dejó cargar después de que sus transportadores pararon a descansar en Mariquita. Y por eso construyeron allí un santuario a su alrededor. Miles de personas le atribuyen al Señor de La Ermita todo tipo de favores y milagros.

Plantas y peces

Las cataratas de Medina, ubicadas a seis kilómetros del casco urbano en la vía que conduce a Victoria (Caldas), son descanso y aliento para el cuerpo y el alma. La laguna El Silencio con sus islas flotantes y peces exóticos son otro destino obligado.

Y para no ir muy lejos, el centro del pueblo le ofrece un recorrido a través del tiempo y la historia del municipio. No olvide visitar la casa de la Segunda Expedición Botánica con sus cauchos de más de 500 años, y el Museo Palenteológico con sus rocas y figuras milenarias. Allí también están las ruinas de Santa Lucía, testimonio de una iglesia destruida por un terremoto hace más de 100 años.

Como el calor es tan fuerte (26 grados), un refrescante salpicón de frutas no cae nada mal en los diferentes toldos. Pero si la cuestión es de hambre puede comprobar por qué el pan mariquiteño es el más famoso de toda Colombia. Completísimo paseo.

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