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sábado, agosto 15, 2020

Por qué el covid-19 mata a los ricos

 Armando Moreno Sandoval

Hasta no encontrar una vacuna efectiva, por ahora, el que nos está protegiendo del virus es el mismo sistema inmunológico del cuerpo humano. Si no la hubiera, con el tiempo derrotaría al virus y le pondría punto final a la pandemia. El sistema inmunológico es tan maravilloso que tiene la capacidad de enfrentar cualquier patógeno que llegue por muy extraño o nuevo que sea como es el virus Sars-Cov-2.

Mientras tanto para bajarle la velocidad de propagación al virus es necesario el lavado de manos, el tapabocas, la distancia social, evitar montoneras y dejar de estornudar en las calles porque si la persona que lo hace, y si es asintomática, esas gotitas que quedan flotando en el aire pueden contagiar a otros.

El consenso que existe en los portales científicos es que nunca en la historia de la ciencia se había producido una avalancha de artículos en torno a una enfermedad.

Curioso que, pese a los miles de artículos, poco se sepa del virus. Tan así que los científicos no tienen idea cómo es la guerra entre el sistema inmunológico y el virus. Se sabe que es como un ejército con diferentes frentes de batalla donde células disímiles están interconectadas entre sí. Que algunas atacan directamente la infección, mientras que otras como directores de orquesta guían a otras células encargadas de liberar sustancias para interferir en la infección.

Para entender lo dicho es necesario saber que el sistema inmunológico tiene dos frentes de defensa. El primero es el que se conoce como respuesta inmunitaria innata y que responde a infecciones de forma genérica. Este frente tiene la particularidad de que no genera inmunidad a largo plazo o protección.  Es tan efectivo que aniquila al patógeno en su primer encuentro.

Cuando los científicos dicen que virus del covid-19 no es tan letal, como si sucede con otros coronavirus, es porque para aniquilarlo al sistema inmunológico solo le basta con activar la respuesta inmunitaria innata. Es lo que explica que el 80% de las personas que se contagian no sientan síntomas, o que sean muy leves.

El otro frente de defensa se conoce como respuesta adaptativa. Es el frente encargado de activar de manera rápida la respuesta inmunitaria innata. Es una línea de defensa especializada y en ella hace parte lo que se conoce como los anticuerpos.

No obstante, el lío que han encontrado los científicos con los anticuerpos producidos en respuesta al virus (Sars-Cov-2) es que tienden a disminuir en pocos meses. Aunque parezca un mal chiste esto podría decir que el cuerpo quedaría desprotegido, sin defensas. La científica Margarita del Val ante esta duda, dice: “No hay que asustarse, todo el resto de la inmunidad está activada”. Pues aparte de los anticuerpos, dice ella, hay otras células que han aprendido a reconocer el virus para contenerlo.

Dos investigaciones independientes, la primera de la revista Nature , que vio la luz el pasado 29 de julio, y la segunda publicada en Science el 4 de agosto parecen estar encontrando las respuestas al por qué solo un puñado mueren y otros siguen tan campantes por las calles esparciendo el virus sin sentir ninguna molestia, dolor o malestar.

Habitante en Ibagué. Carrera 3
Ibagué, calle 3
Pero la pregunta del millón es esta: por qué el sistema inmunológico no protege a todos por igual. Es la pregunta por resolver y que tiene desconcertados a los científicos.

Así los anticuerpos bajen de nivel, los estudios efectuados apuntan que los linfocitos, que hacen parte del sistema inmunológico, al parecer son los que nos están protegiendo. Aunque existen dos tipos de linfocitos, las células B y las células T, son las células T las que juegan un papel determinante en la protección por ser células de memoria larga.  Es decir, que estas células por tener memoria al llegar el patógeno que ya ha había invadido con anterioridad al cuerpo, lo que hace es reconocerlo, bloquearlo y destruirlo, generando así inmunidad.

¿Pero por qué sucede esto? Para empezar, es necesario comprender que la fiebre, la influenza, el malestar, la gripa, los gargajos y los mocos de la nariz son producidos por cuatro tipos de coronavirus que causan estos catarros y que han convivido con el ser humano hace muchísimo tiempo.

Han dicho los científicos del Instituto Inmunológico de La Jolla, en California (EE. UU) que el parecido entre estos cuatro coronavirus y el coronavirus causante del covid-19 puede ser ventajoso. Según el estudio que realizaron las células T encargadas de reconocer los coronavirus del catarro también reconocen el virus que causa el covid-19.

Aunque hace falta más investigación todo parece sugerir que los coronavirus de la gripa, los gargajos, el sonarse la nariz para sacar los mocos, tuviera un cierto papel protector contra el covid-19. Y como lo dice Daniela Weiskopf, codirectora de la investigación, es lo que “podría explicar por qué algunas personas al contagiarse de covid-19 muestran síntomas más moderados, mientras que otros se ponen severamente enfermos”.

Así como están las cosas, la conclusión a que se puede llegar es que el virus es selectivo. Pero esa

Ibagué, calle 15 con carrera 5
Ibagué, calle 15 con carrera 5
selectividad la gente de dedo parado y que todo lo coge con la punta de los dedos, a veces, pregunta con sorna qué pasa con la gente de la calle que no se muere.

Las investigaciones alrededor de las células T sugieren que los pordioseros, los que hurgan las canecas en busca de comida, los que duermen en la calle en medio de excrementos, gatos y perros tendrían menos riesgo de que el covid-19 los mate. Es gente que por sus condiciones de vida son los que más han convivido con los cuatro coronavirus del catarro. Por tanto, están inmunizados. Cosa contraria sucedería con los estratos de cuatro para arriba que por tener una vida en completa asepsia estarían más propensos a que el virus los contagie y los mate.

Es lo que vemos también en países ricos como Chile, EE. UU, Alemania, Inglaterra o Francia donde el virus ha hecho de las suyas. La cantidad de gente vieja que se ha muerto en esos países tiene una explicación científica y es que cuando se llega a una edad avanzada las células T comienzan a menguar dejando al cuerpo desprotegido. Y si tiene alguna comorbilidad (cáncer, diabetes, etc.) peor.

Cosa contraria sucedería con la gente joven y adulta. Pues uno se podría preguntar qué pasa en esas sociedades que, si tienen un nivel de vida tan elevado, qué es lo que ha causado que siga muriendo tanta gente. La respuesta estaría en que son sociedades que por ser ricas y vivir en completa asepsia han dejado al cuerpo sin muchas defensas para enfrentar virus nuevos.

La montonera de muertos en Latinoamérica tendría otra explicación. Los estudios científicos (sobre todo la biología molecular y la antropología física) han demostrado que el genocidio de la población aborigen a partir de la emigración europea hace más de 500 años no fue tanto por la hoguera, el puñal, la espada o el arcabuz. Los responsables fueron los virus y bacterias (fiebre, gripa, gonorrea, sífilis, entre otras).  

Es exactamente lo que está sucediendo en este siglo XXI con el covid-19. La mayor mortandad está en los países con un alto porcentaje de ADN amerindio y una población aborigen que aún vive en un ambiente prístino. Lo vemos en México, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil y en los países centroamericanos

Ibagué, carrera 5 con calle 14
No es la pobreza la que está matando la población autóctona y aborigen como sugieren los países imperialistas europeos, sino su sistema inmunológico que al carecer de anticuerpos para reconocer virus nuevos no saben cómo defenderse.

La ironía es que esta vez no fueron los europeos con sus virus y bacterias que menguaron a la población aborigen desde que llegaron hace más de 500 años. En este siglo XXI fueron los chinos que con su irresponsabilidad fueron incapaces de alertar al mundo de pensamiento liberal y democrático que un virus nuevo se les había salido de las manos.

A este régimen dictatorial y autárquico es que la izquierda antidemocrática y reaccionaria latinoamericana le hace loa. Si hay que buscar un culpable es al gobierno chino. Y no como piensa el despistado de Evo Morales (expresidente de Bolivia), que el virus es una conspiración del imperialismo estadounidense para acabar con la gente pobre.

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