Armando Moreno
Deng Xiao Ping, quien fuera primer ministro de la China, con ocasión de los 500 años del descubrimiento de América, daba a entender que eran pocos años para evaluar si este acontecimiento fue importante para la humanidad. Para los occidentales quizás estas palabras no las entendamos. El problema está en que los chinos, el tiempo histórico lo miden en milenios y no en centurias.
En Colombia, este 20 de julio, celebramos los 200 años de Independencia. Seguramente para los chinos 200 años no son nada. Pero, para estos pueblos cuya historia es tan corta es algo muy significativo. Pues, nada más y nada menos, estamos construyendo nuestro Estado, nuestros valores, nuestra idiosincrasia, nuestra identidad, nuestra forma de ser. Estamos construyendo si se quiere nuestra nacionalidad.
La idea que se tenía con estos 200 años de Independencia, y que se promovió desde el Ministerio de Cultura desde hace rato, era de que para este 20 de julio los municipios a través de las oficinas de Cultura se botara la puerta por la ventana. Independiente de lo que se haya hecho, lo que sí es cierto es que esta efemérides sirvió para medir la capacidad de gestión de las administraciones municipales.
En Mariquita la celebración del Bicentenario de la Independencia por parte de la alcaldía del señor Acero fue un fiasco. Mariquita tenía motivos para celebrarlo por lo alto. Para empezar —válgale recordarle al señor Acero — que Mariquita fue cuna de la Expedición Botánica y que la lideró un científico llamado José Celestino Mutis.
Es posible que el alcalde sepa esta retahíla, pero lo que si deber saber el señor Acero es que la Independencia se gesta porque alrededor de Mutis se formó una pléyade de intelectuales que años después serían los gestores de la Independencia.
Pero al señor Acero tal vez le parece poca cosa que un científico como Mutis, además de dedicarse a sus labores científicas, le haya dado por impulsar y a formar jóvenes con ideas peligrosas que años más tarde nos darían la independencia de España. El solo hecho de que aquí en Mariquita hubiese vivido el gestor de la Independencia, era motivo suficiente para haber hecho de Mariquita el epicentro de los 200 años. Desgraciadamente no fue así. Pero seguimos con un alcalde que nadie sabe qué está pensando y haciendo.
Si nos acogemos al tiempo histórico que manejan los chinos de que 200 años no son nada, y si tenemos en claro que somos un Estado con una sociedad joven que hasta ahora está construyendo nuestros valores, nuestra nacionalidad, nuestra forma de ser, este Bicentenario de la Independencia tenía que haber sido una representación de lo que han construido las diversas generaciones de colombianos en estos 200 años.
La idea era que para esta fecha viviéramos el 20 de julio como un gran festival de nuestra nacionalidad. Que no sólo nos limitáramos a reconocer nuestros valores patrios, sino que era necesario exaltar todo aquello que ha ayudado a construir nuestra nacionalidad colombiana. Al alcalde no se le ocurrió nada. No obstante, alguien afín a la alcaldía, y con fines comerciales, se le ocurrió que una buena manera de celebrar el Bicentenario de la Independencia era organizando un campeonato de tejo. No es que se esté en contra del juego de tejo, es que la fecha ameritaba otra programación. Pues 200 años no se celebran todos los días.
La gente se pregunta cómo es posible que en vez de un campeonato de tejo —y que de paso ultrajó un símbolo de nuestra nacionalidad como es la Plaza Mayor— en los tres días que antecedieron al 20 de julio no se le hubiera ocurrido organizar eventos alusivos al Bicentenario de la Independencia.
La verdad fue que se perdió una gran oportunidad para enaltecer lo que aun estamos construyendo con mucho esfuerzo. Haberle dicho a las generaciones actuales de mariquiteños lo que ha sido Colombia en estos 200 años. Que Colombia no sólo ha sido guerra y violencia. Haberle dicho a los mariquiteños que en estos 200 años, las pocas generaciones que han pasado han ayudado a construir una nacionalidad que se expresa a través de la música, del folclor, del arte, de la gastronomía, del vestido, de los dejos al hablar que se encuentra por doquier, de la literatura, de sus académicos, de sus intelectuales, de sus gentes humildes que nos tienen mucho que decir, del obrero, del artesano, del joven, del niño, de la mujer en todas sus expresiones.
En fin, señor alcalde, si usted hubiese tenido un poco de imaginación, hubiéramos hecho de este Bicentenario de la Independencia algo hermoso, algo grande. Desgraciadamente Usted despreció este momento.
(POSTDATA: señor alcalde ese pedazo de tierra que tiene al frente y que le llamaban vulgarmente plaza de mercado no se le puede llamar parque o con cualquier otro nombre que se le ocurra. Eso se llama Plaza Mayor y es un símbolo que pocos municipios en Colombia tienen. Sé por información fidedigna que Ud. importándole un rábano las normas de urbanismo quiso impulsar un proyecto donde transformaba la Plaza Mayor en un parque. Dónde estás las organizaciones sociales que no se pronuncian. Cómo es posible que el alcalde creyéndose dueño del pueblo se le ocurra cualquier cosa y nadie lo ronde. Un consejo: ya que no se le ocurrió nada para celebrar los 200 años de la Independencia sería bueno que pasara un proyecto de acuerdo para que le quiten el San Sebastián a Mariquita. El San Sebastián nos recuerda el yugo español y precisamente cada 20 de julio nos dice que ya nos independizamos de España).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario