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viernes, marzo 31, 2023

Mariquita: desidia y abandono

Marta Amaya, candidata a la alcaldia
El tiempo para que los funcionarios públicos que han de aspirar a cargos de elección popular regionales renuncien se cumplió hace rato. Esta fecha señala el pistoletazo que da inicio a la campaña electoral que terminará en octubre del 2023 con la elección de los nuevos gobernadores, diputados, alcaldes y concejales.

Estas elecciones tienen un tinte que las hacen especiales debido a que son regionales y, por otro lado, es un plebiscito sobre la presidencia del populismo de izquierda del petrismo.

La elección que genera más pasión y odio es la de la alcaldia. La razón es muy sencilla de explicar: quien salga elegido tiene un poder que gira alrededor del presupuesto. Desgraciadamente en Colombia este poder que permite controlar el presupuesto ha llevado a un mar de corrupción y a un desangre en las finanzas.

Ya es hora que quienes ejercen el derecho al voto se concienticen por elegir alcaldes que estén cerca de la gente. Eso de que sean idóneos y con hojas de vida intachables es un disparo a la luna. Un ejemplo es el actual alcalde Juan Carlos Giraldo y que la gente quiere que se vaya rápido. Es hora de que se deje de votar con el corazón. Es hora de que se deje de decir que se va a votar por el “supuesto” amigo. Más bien, ha llegado la hora de que se vote con el peso que da la razón. Pues en este ejercicio sano el ciudadano habría de votar por aquel que ha de representar los intereses de la gente.

Y no como ha sucedido hasta ahora, que el ciudadano sin valorar lo que significa el voto, termina por elegir a quien fue segundo en las pasadas elecciones. En Mariquita esto ha venido pasando desde hace rato. Tan así, que los segundos de las anteriores elecciones al ganar la alcaldía han sido un fracaso.

Votar por los segundos en las pasadas elecciones no es sano, ni aconsejable. Ahí están de nuevo Álvaro Bohórquez y Oscar Segura. ¡Y ojo! porque en el peor de los casos se termina eligiendo al charlatán, al payaso de la democracia, al lenguaraz, al ladrón de cuello blanco y perfumado, al timador de la palabra, o, para decirlo sin pelos en la lengua: eligen al quien quiere enriquecerse con el dinero de los contribuyentes. Esta desgracia es el retrato de la gran mayoría de los municipios de Colombia.

Hay quienes están opinando que en las elecciones regionales se impone las maquinarias para el Congreso. ¡Eso es falso!En las pasadas elecciones al Congreso de la república las ganaron por un amplio margen el voto no marcado, nulo, blanco. Estos votos son los que juegan en las elecciones regionales. No obstante, el desprecio de los colombianos por los políticos no es como nos lo quiere hacer creer la izquierda Progre petrista. Pues parece que están convencidos que ahora la gente si los adora.  Creen que el voto nulo, blanco o no marcado es porque los colombianos son analfabetos políticos. ¡Falso! El elector vota así porque quiere castigar al país político. ¡El país elector sabe lo que hace!

A la conclusión que se puede llegar es que el congreso por lo general no tiene el respaldo del pueblo. Es decir, que en Colombia tanto el congreso como los políticos están deslegitimados. Aunque han ganado con una minoría de votantes que los legitima legalmente, no quiere decir que son la representación del pueblo. El triunfo no siempre es el de los vencedores. El triunfo también es de los vencidos, de todos aquellos y aquellas que con decoro y decencia prefirieron el voto nulo, no marcado, blanco y de quienes se abstuvieron de votar. El triunfo es agridulce y falso.

En contraste con las elecciones del congreso, las regionales no están tan deslegitimadas como la gente y los analistas de cóctel creen.

Retomando de nuevo a Mariquita, en esta población hay quienes insisten en querer volver a la alcaldía. La pregunta es para qué. Es más, las segundas oportunidades no son buenas, la historia ha demostrado que siempre son un fracaso.

No obstante, ahora mismo hay una aspirante que está causando simpatía por acercarse a la gente y que tiene todas las credenciales para ganar la alcaldía. Se llama Marta Amaya y ojalá los habitantes mariquiteños valoren a esta joven mujer para enderezar la ya bastante alicaída Mariquita.