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lunes, febrero 08, 2010

Mercaderes de la política

El filósofo austriaco Karl Popper a mediados del siglo XX cuestionaba las grandes ideologías como el comunismo, el fascismo, el nazismo y religiones como el cristianismo. Argumentaba que dichas ideologías eran tanáticas, puesto que se habían erigido sobre la muerte. Y se preguntaba: ¿Qué tan justificable puede ser una ideología que para imponerse asesina a nombre de ella?

Popper iba mucho más allá. Preveía que la democracia liberal podría entrar en crisis si los partidos políticos no se reinventaban. O, en el peor de los casos, fuerzas externas empezaran a socavarlos. Éste planteamiento en sociedades tan frágiles como las de América Latina está echando raíces. Y que mejor que una lectura a la política local para dar cuenta del ocaso de las ideologías y de los partidos políticos.

Aunque algunos alardean que los Partidos Liberal y Conservador que siempre se han nutrido de la democracia podrían estar agonizando, ello es falso. Los partidos políticos y las ideologías están ahí, lo que está confuso es definir qué clase de político es el que más le conviene a la sociedad.

Un ejercicio analítico de lo que está sucediendo en los pueblos con la política local nos lleva a pensar que los lideres ya no tienen vocación ideológica y social. Quienes hacen política están presos de un pragmatismo burdo que da miedo, solo importa cuál es el candidato al Congreso que más plata da.

Un ejemplo patético de lo que está pasando en la política es lo que está sucediendo en Mariquita, y que bien puede repetirse en cualquier pueblo de Colombia: Honda, Guayabal, Fresno, Líbano, etc.

Hace dos años cuando nadie quería enarbolar las banderas del Partido de la U, Álvaro Bohórquez, un joven aspirante a la alcaldía se atrevió a empuñarlas. Sacó una votación nada despreciable. Tan así que el actual alcalde de Mariquita le ganó por un pelo.

Este año, el 2010, los mercaderes de la política le quieren desconocer el esfuerzo de haber consolidado el Partido de la U en Mariquita. Si hay algo que hay que abonarle a este joven —así no se esté de acuerdo con él— es que está haciendo algo que los partidos políticos modernos hacen: montan una sede y a través de ella hacen un trabajo político y social.

Lo curioso es que algunos que nada querían saber del Partido de la U, en esta contienda electoral están abrazando candidatos que antes aborrecían.

No obstante, este trabajo político pionero de Bohórquez los mismos candidatos al Congreso por el Partido de la U lo están desconociendo. Algunos de ellos buscaron lideres de pacotilla y oportunistas en vez de haber buscado lideres que habían ayudado a consolidar el Partido de la U. en Mariquita. El candidato estrella de la U., el exministro Juan Lozano, se está apoyando en ex liberales vergonzantes y arrepentidos. Un ejemplo de ello es Hernán Cuartas, quien había llegado a la alcaldía por el Partido Liberal. ¿A qué horas él hizo un trabajo político y social desde la U.?

Pero lo triste de este espectáculo circense es que los extremos terminaron empujando el carro de la U. Quien iba a creer que el ex alcalde Cuartas iba a estar en la misma orilla con el exalcalde William Rubio. O que el señor “Tito” Bejarano, otro ex, sin ningún empacho iba a estar juntito con ellos. Dios dijo: “Yo los crio y ellos se juntan”.

Se podría pensar que estos exalcaldes aun podrían ostentar el calificativo de líderes. Difícil creerlo. Uno de ellos está ad portas de un veredicto judicial; otro fue condenado a prisión. No es fácil que la gente los escuche y los siga.

No obstante, sí están ayudando a confundir a la gente puesto que le están prestando un flaco favor a la región trayendo candidatos al senado que, además de que nadie los conoce, saben poco de la región, ni han hecho labor social con la comunidad. ¿Qué han hecho Gechen, Luis Emilio Sierra, un tal Miltón Rodríguez, y otros que aparecen por ahí y que no vale la pena mencionarlos?

Igual pasa con los candidatos a la Cámara de Representantes. ¿Quién sabe del trabajo de Carlos Eduard? ¿O alguien conoce qué ha hecho Plinio Valencia por el Norte del Tolima? Y así como ellos hay otros.

El elector debe acostumbrarse a votar por quienes han hecho un trabajo con la comunidad. En el Partido Liberal es imposible desconocer lo que hizo el candidato a la Cámara de Representantes por el Tolima, Eduardo Casabianca. Durante el segundo semestre del año 2009 este representante libró una ardua batalla en la Comisión 7 de la Cámara. El gobierno nacional quería someter a la Universidad del Tolima a crear su propio Fondo de Pensiones. Si el Fondo se creaba era casi que imposible que estudiantes de familias de bajos ingresos pudiesen estudiar. La Universidad hubiese tenido que incrementar el costo de las matrículas, lo cual impediría que muchos pudiesen estudiar. Es necesario que el elector se enteré que la población estudiantil de la Universidad del Tolima, más de un 80% corresponde a los estratos 0, 1, 2 y 3. Este Representante defendió la Universidad Pública y es necesario que el elector sepa lo que hizo.

Por el lado de la U. nadie puede desconocer el trabajo que desde hace rato ha venido haciendo Jaime Yepes —actual Representante y candidato por el Tolima— en el Norte del Tolima. Su vinculación tiene que ver con programas sociales como Familias en Acción, Vivienda de Interés Social, apoyo a la Tercera Edad, ayudas a desplazados y a la población vulnerable. Es más, ha contribuido a sostener una sede. Se le ha visto no solo recorriendo las veredas de Mariquita, sino que también lo ha hecho en los diferentes municipios del Norte del Tolima. Seguramente que quienes darán cuenta de lo que ha hecho son los líderes de los respectivos municipios.

Es bueno enfatizar que Bohórquez, durante los dos últimos años le apostó a una sede y a través de ella ha hecho un trabajo político y social. Tiene un reto, demostrar en estas parlamentarias que él puede seguir jalonando el grueso de los votos del Partido de la U. Si lo logra, es una buena lección para todos aquellos que han llegado como paracaidistas y oportunistas al Partido de la U y que lo único que pretenden es socavarle el trabajo que ha hecho.

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