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lunes, abril 09, 2012

Armero y el bogotazo del 9 de abril. Muerte del párroco Pedro María Ramírez

Armando Moreno 

Las ideas masonas, socialistas, del liberalismo inglés y del protestantismo entraron en Armero a comienzos del siglo XX. Uno de los motivos que tuvo el sacerdote Pedro María Ramírez —muerto el 10 de abril de 1948— para irse como párroco para Armero era de que allí había muchas iglesias protestantes. Según él, luteranas.

Un día después del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, en el campamento instalado en La Sierra, los obreros que trabajaban en el canal de irrigación de Lérida seguían sus labores rutinarias como si nada hubiese pasado. No obstante, las diversas versiones sobre el asesinato de Gaitán seguían de boca en boca.

Pedro María Ramírez
Gustavo Barragán, el ebanista de la compañía, había escuchado decir que de los pueblos cercanos al nevado del Ruíz bajaban conservadores. Al comentarle al inspector de la obra lo que posiblemente estaba aconteciendo, solicitó un mulo ensillado con el fin de llevar las noticias a la población de Armero.

Pasadas las dos de la tarde salió para Lérida. Llegó a la plaza del pueblo a todo galope. Quienes estaban al tanto de lo que podía acontecer, salieron al encuentro preguntándole que qué pasaba. Sin titubear respondió con un tono seco: “los conservadores de Santa Isabel ya vienen para Junín”.


 Mientras el ebanista Barragán seguía su camino, en el parque de Los Fundadores de Armero, desde el mediodía del sábado, algunos decían que los conservadores ya estaban en el caserío de La Sierrita. Otros que ya estaban por los lados de Junín. Pero lo que si causó furia fue la noticia de que un tal Benjamín Espinosa al frente de un pelotón, armado hasta los dientes, venía dispuesto a atacar a Armero.

El otro rumor era que en Lérida había un telegrama donde se informaba que los conservadores ya habían cruzado Río Recio y para evitar que se la tomaran esperaban la presencia y la ayuda de los liberales de Armero.

Ante semejantes rumores, el médico Luis Alejandro Parra Bonilla congregó a varios hombres en el parque de Los Fundadores y les preguntó quiénes estaban dispuestos a seguirlo. Al conformar el grupo salió para Lérida. Pero al llegar al reten cerca del río Lagunilla se topó con un camión medio destartalado. En él llegaba el ebanista Barragán. Al enterarse por su propia boca que los conservadores ya venían más acá de Lérida, prosiguió la marcha después de un apretón de manos y un hasta luego.

Iglesia San Lorenzo y casa cural
Un kilómetro después del puente sobre el río Lagunilla pudo percatarse que algunos que lo habían estado acompañando habían optado por abandonarlo. Se detuvo y consultó con sus cuatros amigos que quedaban qué hacer. Acordaron esperar.

Aunque la mañana del sábado había estado nublada, después del mediodía Armero fue abrazada por un sol canicular. Pero, al comenzar el crepúsculo de la tarde, quienes estaban en el parque lanzando arengas contra los asesinos de Gaitán, fueron alertados de que algo raro estaba pasando. Nicolás Izquierdo Cortés, casi que setentón, encorvado por el peso del trabajo como jornalero y cosechero de legumbres, y muy querido por el pueblo, pues era de los pocos que podían de decir, nací en Armero, al llegar al parque vio y escuchó cuando un tumulto de gente dijo: “vamos a registrar la iglesia porque el cura ha echado unos vivas”. Otro testigo ocular fue el albañil José Guillermo Sarmiento. Escuchó cuando algunos dijeron que había que ir a la iglesia porque habían sentido ruidos raros.

El boticario Luis Aguirre que había estado en su casa, al oír que la algarabía en el parque subía cada vez de tono, se salió para trasladarse a la casa de la esquina de Raimundo Melo. Se unió a quienes estaban en la esquina y desde allí alcanzó a divisar cómo un grupo de hombres encabezado por Mario Duran Calle, alias “El Corcho” se acercaron a la iglesia y miraron por debajo de la puerta. Estaban armados de cuchillos, machetes, palas, palos y piedras; y uno que otro fusil terciado a las espaldas.

El boticario Aguirre, aun sin entender qué podría estar ocurriendo, preguntó por si alguien respondía:

—Qué sucede.

—El cura está adentro de la iglesia y tiene bombas para tirarle al pueblo

El boticario Aguirre al mirar nuevamente hacia la iglesia, observó que el pelotón que estaba al frente de la puerta había desaparecido.

—Dónde están— preguntó.

—Están adentro— le dijeron.

Cinco minutos después se escuchó la detonación de dos bombas, una tras otra. Quienes estaban adentro de la iglesia salieron en estampida hacia el parque. “El Corcho” quien comandaba el pelotón ordenó la huída. Algunos corrieron despavoridos, otros se resguardaron tras las bancas y los árboles del parque, otros desenvainaron sus machetes de hoja ancha de sus fundas y quienes estaban con sus armas de fuego buscaron o hicieron sus trincheras. La seguidilla de bombas y el tiroteo de fuego cruzado habían empezado. Pese al torbellino de la gente inmensos grupos se apostaron frente a la iglesia y la casa cural. El comentario generalizado era de que el párroco Ramírez los había recibido con una bomba de dinamita tan pronto habían entrado.

El médico Parra Bonilla, aun seguía en el sitio de espera. Estaba decepcionado de la noticia que le habían dado. Media hora antes había pasado Luis Carlos Calderón, el diputado del Tolima nacido en Fresno, y al preguntarle si era cierto que las huestes conservadoras venían más acá de Lérida, éste le había respondido que nada había notado y que de eso nada se sabía. Al tomar la decisión de regresar comenzó a escuchar las detonaciones. Pensó él que sería por los lados de Armero y menos aun que fuera en el parque.

El alcalde Evencio Martínez Bolívar no estaba en su despacho. Se hallaba en una junta de ciudadanos, según él, con lo “más destacados de la localidad”. Estaban pensando cómo devolverle la tranquilidad a la población. Al llegar al parque se encontró que era un campo de batalla. Vio grupos de gentes portando machetes, cuchillos, palas, palos, fusiles, varillas y revólveres. El alcalde recordaría que había visto “más o menos, mil personas”. También había escuchado “detonaciones de bombas de dinamita y disparos de distintas armas de fuego. Pero por el humo no pude distinguir si contra el grupo de gentes se lanzaban las bombas o se hacían los disparos, o, si los del grupo lanzaban las bombas o hacían los disparos en dirección a la iglesia, o, a otra parte”.

Parque de Los Fundadores
Sitio donde cayó muerto el párroco
El boticario Aguirre marchó hacia la botica que quedaba en su casa. Se hizo detrás del almendrón que quedaba al frente de la botica. Desde allí siguió viendo cómo el gentío se seguía armando. Pensó en su casa, en su vida y en su familia. El alcalde Martínez Bolívar como pudo cruzó el parque en dirección a la alcaldía. Estaba acompañado del odontólogo Ramón Jaramillo. Al llegar a la esquina de la alcaldía se reguardaron tras un árbol. Se limitaron a contemplar el desarrollo de los hechos. “Las balas cruzaban —diría el alcalde— sin darnos cuenta qué personas eran las que atacaban en distintas direcciones”.

El médico Parra Bonilla prefirió dirigirse a su casa. Pensaba también en su familia. Estuvo encerrado hasta que se calmaron los tiros y las bombas. Le pareció que todo estaba aconteciendo en el parque.

Entretanto hombres armados de machetes, escopetas y revólveres seguían pidiendo a gritos dónde estaba el párroco Ramírez.

Mientras la muchedumbre enardecida recorría las calles con machetes, pistolas, revólveres, escopetas y palos gritando ¡Abajo el partido Conservador! ¡Muera Mariano Ospina Pérez!; un hombre blanco, de profesión carpintero, llamado Camilo Leal Bocanegra, de 38 años y nacido en Honda, con machete en mano y al frente de un grupo enfurecido, se dirigió hacia la tienda de Salvador Torres ubicada en la calle 11.

Después de buscarlo por varios minutos por las alcobas y el solar de la tienda lo avistó en el techo de casa cural. Al bajar al párroco Pedro María Ramírez al solar de la tienda empezó a buscar la salida hacia la calle 11.

Caminando hacia la puerta que daba a la calle, el párroco Ramírez le dijo al carpintero:

—“Llévame maestro a la cárcel porque allá quedo más seguro que aquí”.

Al cruzar la puerta una muchedumbre enfurecida los esperaba en la calle. Caminaron juntos unos pocos metros en dirección al Parque de los Fundadores. El carpintero llevaba al párroco tomado por el brazo. De un momento a otro y en un cerrar de ojos, voces con el grito al cuello le dijeron: “¡hijodeputa…! si no lo suelta lo matamos…”.

De repente brazos salidos de las entrañas de la tierra le arrebataron al carpintero Leal Bocanegra el párroco Ramírez. Eran pasadas las cuatro de la tarde. A empellones lo llevaron hasta la esquina del almacén del palestino David Jassir. Una voz fuerte se sobrepuso al griterío y a la algarabía. Esa misma voz pedía que le dieran por el filo del machete.

Un hombre que estaba en diagonal a la esquina de David Jassir vio cómo el filo del machete penetraba un poco más arriba de la nuca y que el médico legista en un lenguaje técnico llamó occipital. Cayó de rodillas. La sangre a borbotones recorrió las mangas de la sotana. El bonete rodó ensangrentado.

Al levantarse con esfuerzo, trastabilló al andar. Otra vez, otra voz, con rencor y odio gritó: “Denle de nuevo por el filo”. Estaba por llegar casi al borde del parque cuando un hombre en medio de la turba blandía de nuevo el filo del machete hacia la nuca. Fue un golpe certero.

El cuerpo del párroco caía moribundo en medio de la turba. La muchedumbre se desparpajaría minutos más tarde en medio de la indiferencia.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Y, "No quedaría piedra sobre piedra" de la población de Armero. Sólo que pasaron unos pocos años... Cómo se les ocurrió al pueblo meterse con el sacerdote, consagrado al Señor? ... Vino años más tarde, la tragedia del deshielo del Nevado del Ruiz con las consecuencias para la población que no se salvó... Solamente el barrio del cementerio y donde quedaba la casa de las prostitutas... como que eran los dos únicos lugares que se habían apiadado de los restos del martirizado ´padre Pedro Maria Ramirez Ramos, quien no ha sido caanonizado, pues su proceso,,, no ha sido suficientemente agilizado desde las autoridades civiles y religiosas colombianas.

Anónimo dijo...

jajajajajja que anónimo tan estúpido...no faltaba mas que un analfabeto cristiano diciendo estupideces, que miedo ese pensamiento tan frio , ud debe reaccionar con indiferencia cuando ve las imagenes de esa tragedia porque supongo dios los castigo. una tragedia que ante todo fue causa de la negligencia de parte de la gentuza como ud, que suele ser negligente y mediocre, ud que cree que todo se logra con padres nuestros y aves marias, ud es reflejo de la gentuza que siempre ha estado en el poder, y que pudiendo hacer algo por evitar la tragedia de armero , prefirieron hacer misas a gastar algun peso en la dinamitacion de una embalse que se estuvo formando durante meses en el río Lagunilla, en la vereda El Sirpe, 14 kilómetros arriba de Armero, , hubo tiempo bastante como para haber actuado, de manera racional mediante el uso de conocimientos modernos que nos llegaron de la ilustracion, un procedimiento sencillo habría evitado la tragedia, pero claro, aqui no sabemos de eso, aquí un imbécil como ud viene y usa un computador y usa la medicina moderna sin darse cuenta de que detras de eso hay humanos muy talentosos que se familiarizaron con los conocimientos valiosos que el humano empezó a obtener después de la epoca de galileo, a quien el cristianismo intento asesinar, como a giordano bruno, y otros martirez de la humanidad que dieron sus vidas para que el humano elevara su condición, nosotros los herederos de esos grandes humanos nos estamos familiarizando con conceptos como movimiento, fuerza, energía, materia, sonido, electricidad, magnetismo, luz, átomo y núcleo atómico, y vamos a sacar a la humanidad de esta crisis en la cual micos como ustedes nos tienen sumidos, son ustedes los cristianos, los judios y los musulmanes la peste de este mundo, ustedes son quienes se han encargado de hacer mal uso de los conocimientos profundos, ustedes en sus guerras crearon la bomba atómica, en vez de crear electricidad pacifica, ustedes son los que no quieren el progreso y se oponen a que el humano vaya cada dia mas alla.. asi que no venga con estupideces, ANIMAL!!

Anónimo dijo...

Ateo hasta que el avión comienza a caer..................

el profe61 dijo...

Señor embustero, por si usted no lo sabía, Esa tragedia anunciad ya había ocurrido en tiempos de la colonia y mucho antes también; así quedó registrado en la historia que nos impartieron nuestros maestros en aquellos tiempo. Descargue un momento su biblia e investigue un poco más. Que la ignorancia no lo siegue del verdadero conocimiento.

Anónimo dijo...

Ni al ateo ni al que dice que por culpa de este asesinato de desato semejante tragedia.. Por que le tienen que echar culpas a Dios, cuando esto no es mas que negligencia de la gente que no quizo evacuar, de las autoridades al no tener un plan, y pues lastimosamente el pueblo estaba sobre la planicie final de un boquete de evacuación natural de Lahar y lodo del Volcán... Tanto el uno como el otro que opinaron son muy ignorantes al respecto... busquen en google aunque sea las causas de la tragedia... no fue Dios, ni el Diablo ni ángeles ni nadie... fue una catástrofe mas de la naturaleza con la que convivimos... asi de sencillo... Creo en Dios y sencillamente estoy seguro que El no es culpable de los errores y cagadones del dia a dia de los tercos y negligentes humanos como yo o como mi amigo el Ateo o mi amigo el religioso.... asi de sencillo.

Unknown dijo...

Increible , con toda la ciencia y los avances de vulcanologia haya gente que crea en cuentos infantiles, x favor el medioevo termino hace siglos, estudie lea investiguen

La poesia de las cosas dijo...

Hola. Me interesa adquirir el libro sangre en el parque, como se hace, gracias